1) No podemos crear prosperidad desalentando la Iniciativa Propia. 2) No podemos fortalecer al débil, debilitando al fuerte. 3) No podemos ayudar a los pequeños, aplastando a los grandes. 4) No podemos ayudar al pobre destruyendo al rico. 5) No podemos elevar al asalariado presionando a quien paga el salario. 6) No podemos resolver sus problemas mientras gaste más de lo que gana. 7) No podemos promover la fraternidad de la humanidad incitando el odio de clases. 8) No podemos garantizar una adecuada seguridad con dinero prestado. 9) No podemos formar el carácter y el valor del hombre quitándole su independencia e iniciativa. 10) No podemos ayudar a los hombres realizando por ellos permanentemente lo que ellos pueden y deben hacer por sí mismos.
Reflexiones: Es verdad que las corrientes ideológicas de izquierda representan un necesario contrapeso en las sociedades, en la política y en la economía. Es un péndulo de balance social.
También es verdad que en las naciones llamadas estrictamente capitalistas,
existen una abierta inequidad social, una deficiente distribución de la riqueza e infinidad de abusos a las clases más desamparadas.
Pero tenemos que considerar también que en las sociedades socialistas-
comunistas, todos estos mencionados vicios, corrupciones, degeneraciones, excesos y flaquezas; han prevalecido inexorablemente al interior de sus propios sistemas y son el común denominador. Quizá en otras formas o manifestaciones, pero de ninguna manera son exentas o inmunes a estas problemáticas sociales.
Y Ya lo expresaba Sir Winston Churchill: “El socialismo es una filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia y el evangelio de la envidia, y su virtud es plenamente inherente a la distribución equitativa de la pobreza y la miseria”.
Pero independiente de terminologías de las políticas de sociales, los seres
humanos bien pudieran crear colectividades más justas, razonables, íntegras, honestas, incorruptibles, apropiadas y legales; únicamente aplicando los códigos de una ética social fundamental.
Una conducta basada en la educación, la capacitación, la libre iniciativa; pero todo fundamentado en el Estado de Derecho, en la “Talentocracia” y la Meritocracia.
Una política de estricta igualdad de oportunidades para todos sus miembros, pero considerando eficazmente la compensación y restitución al esfuerzo e impulso individual. ¡Sea quien sea!
Porque la subsidiariedad social a ultranza solo genera más pobreza, más
dependencia, más ignorancia y por supuesto más zánganos sociales.
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