Hoy en día se debate en los Congresos Legislativos de muchos países, la iniciativa de legalizar o no el consumo de la marihuana. No obstante otras naciones ya han dictaminado su uso de maneras abiertas y otras de manera un tanto restringidas:
Canadá: Uso medicinal legal; venta regulada, cultivo tolerado en cantidades pequeñas. Estados Unidos: Permite su consumo en 10 estados, despenalizado en 18 estados; marihuana medicinal legal en 29 estados; cultivo legal en algunos estados. México: consumo personal despenalizado; uso medicinal y científico legal. Colombia: Permite un máximo de 22 gramos por persona; venta distribución legal para uso medicinal y científico; cultivo legal para consumo personal.
Chile: cultivo y consumo legal, venta y distribución para uso medicinal. Portugal: consumo personal y cultivo despenalizados. España: consumo legalizado en privado. Holanda: consumo en lugares establecidos; posesión de hasta 5 gramos. República Checa: Uso creativo y cultivo despenalizado, posesión despenalizada hasta 15 gramos; uso medicinal legal. India: Cultivo y consumo recreativo ilegal a nivel nacional, despenalizado o tolerado en varios estados. Israel: Legal para uso medicinal. Costa Rica: Su cultivo y consumo están despenalizados. Jamaica: Legal para uso medicinal; consumo personal despenalizado, legal para los rastafari; consumo legal. Australia: Uso con fines médicos o científicos.
Reflexiones: Desde hace ya varias décadas, varios analistas en diversas especialidades afirmaban que esta tendencia mundial a la legalización de uso medicinal y la tolerancia de su consumo recreativo de la marihuana sería inminente. Y definitivamente no estaban equivocados, ya que para bien o para mal ya se está permitiendo y otorgando paulatinamente su uso especialmente en las naciones consideradas como desarrolladas.
Hagamos una simple retrospectiva y podemos concluir que la época quizá más violenta que padeció los Estados Unidos de Norteamérica fue precisamente bajo aquella Ley Seca, en donde ciudades como Chicago y otras de similar importancia, estuvieron sumergidas bajo una ola de crímenes, transgresiones e injusticias.
Hoy por hoy los gobiernos están observantes de que mientras se mantenga el uso y consumo bajo la condición de ilegal y prohibicionista, la utilización no decrece ni decrecerá de ninguna manera; lejos por lo contrario se incrementa la corrupción, la impunidad y por supuesto la violencia.
Se ha contabilizado más sangre y más muertes originadas por la persecución que por el consumo.
¿Entonces en donde está la inteligencia legislativa?
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