Nuestro país es el más corrupto a los ojos de los ciudadanos de toda América Latina, según los resultados de la Encuesta de Percepción de Transparencia Nacional.
“La corrupción en México es alarmante. La corrupción ¡MATA!” recriminó la presidenta del Consejo Ciudadano del Sistema Estatal Anticorrupción, Almeida Balbuena Cisneros. Quién expresó que la corrupción va tomada de la mano de la impunidad, algo de lo que adolece en el país, sin embargo, la participación de la sociedad civil servirá como mecanismo de presión para que las autoridades y las instituciones hagan su trabajo. “El eludir y 2el evadir son caldo de cultivo para que se dé la corrupción”, enfatizó.
México ocupa el nada honroso lugar 135 de una lista de 180 países evaluados en torno a la trasparencia, “estamos en el fondo de la lista”, manifestó.
El país además ocupa el lugar 66 de una lista de 69 en el índice global de corrupción solo por arriba de Venezuela, según los resultados de la encuesta realizada por la Universidad de las Américas de Puebla. En México no se puede contabilizar el número de casos de corrupción reales, ya que sólo aparecen aquellos que se denuncian, sin embargo, el mayor número de estos se encuentran en la lista negra.
La presidenta del Consejo Ciudadano del Sistema Estatal Anticorrupción, dijo que en las campañas políticas (elecciones) se da el manejo de dinero discrecional (en efectivo), lo que es difícil de ser rastreado a través de Hacienda.
Balbuena Cisneros refirió que son las dependencias de obra pública en donde se dan los mayores casos de corrupción, porque piden dinero (pago de diezmo), y asignación de obra directa para el beneficio de una o más personas. Refirió que la creación de este Sistema Nacional Anticorrupción, es una oportunidad para que la sociedad pueda vigilar, denunciar y presionar a las instituciones para que hagan bien su trabajo.
Obsérvese que los países en cuya cultura se destaca las acciones monumentales de corrupción, indiscutiblemente son naciones pobres, ignorantes, fanáticas, con grandes tasas de desempleo, de altos contrastes socio-económicos, con enormes problemas en la impartición de justicia social y penal y por lo tanto con una muy diseminada violencia.
Un país jamás saldrá de las garras de la corrupción, sino comienza con bases éticas desde el núcleo familiar.
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