Durante la pasada LXII Legislatura del Congreso del Estado de Guanajuato, cuando tuve la oportunidad de ejercer una diputación local, promoví e impulsé una iniciativa denominada “La Ley para la Protección a los Animales”. La cual, fue en respuesta ante el reiterante reclamo de una sociedad que exigía garantizar con acciones más precisas y contundentes la protección y seguridad de los animales en nuestra entidad.
Después de varios meses de intensas reuniones de trabajo con los compañeros legisladores integrantes de la Comisión de Medio Ambiente, por fin concretamos sus fundamentos, votaciones y publicaciones. Su contenido se concreta básicamente en:
1) Promueve que la sociedad se organice a través de consejos consultivos para proteger a los animales en los municipios, así como una mejor dinámica de relación entre la sociedad y la autoridad.
2) Se logró que los centros de control animal, no fueran más centros de sacrificio. Se convirtieron en centros de control y asistencia, donde existe una fuerte tendencia a la prevención y cuidado de los animales. Además, se plasmó un listado de todos aquellos actos de crueldad que el ser humano puede ocasionarle a los animales. Y esto ya deduce y amerita un castigo al agresor.
Esta ley entró en vigor el pasado 30 de marzo del presente año, misma que obliga a las administraciones municipales para que cuenten en los parques y jardines, con espacios adecuados para los animales. Se deberán de promover campañas permanentes para prevenir contagios y enfermedades; y algo que nos va permitir tener mayor control con los perros y gatos, se deberá contar con un registro o placa de identificación.
Los municipios guanajuatenses tienen de plazo hasta el 30 de septiembre de este año, para actualizar sus reglamentos con las nuevas reglas que señala esta ley. Pero creo que deberá ser un trabajo conjunto entre sociedad y gobierno para que se cristalicen los efectos deseados. Lo que veremos en los próximos meses será una nueva cultura y educación de tratar a los animales con mayor atención, consideración y dignidad, misma que se deberá promover e inculcar en las futuras generaciones.
Y mucho más allá del cuidado a los animales, se trata de fomentar una filosofía social de respeto por todos los seres vivos ¡Sí, incluyéndonos a nosotros mismos!
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